El dildo es un buen estimulador anal para comenzar a experimentar, pero en mi caso, quería probar algo diferente, algo que me provocara otra sensación, y el chico que estaba conociendo me dio la respuesta.
Encuentro increíble y extraña la relación que tenemos con nuestros conocidos cibernautas. Esos que solo aparecen para darte un like, retuitear y compartir lo que publicas. Las reacciones nos ayudaron a romper el hielo que nos separa de la vergüenza y la ansiedad social que muchos padecemos cuando llega el momento de un encuentro. Pero las redes sociales comenzaron a animarse cuando incluyeron las “Encuestas y Preguntas”. De alguna manera, todos nos desenvolvimos no solo preguntando, sino también respondiendo de forma anónima, aunque el creador de la pregunta pudiera ver quién respondía, eso quedaba entre nosotros dos. Aun no me atrevía a crear una cuenta de Twitter, a pesar de que me insistieran en hacerlo y de que me aseguraran que no me arrepentiría. Después de unos días, decidí descargar la aplicación mientras desayunaba un trozo de pizza y tomaba una taza de café con la vista hacia el edificio de enfrente. Me desperté muy curioso esa mañana. Mientras se descargaba la aplicación, revisaba el perfil del chico que estaba conociendo. Era mi primera vez saliendo con alguien, bueno, mi primera vez en todo. Nunca me atrevía a nada y no sé por qué. Estaba nervioso porque el fin de semana se iba a quedar en mi casa, ya que mis padres se irían a la playa, lo que significaba una alta probabilidad de que tuviéramos relaciones. Él aún no sabía que yo nunca había tenido sexo. Fue ahí cuando decidí hacer una pregunta en mis redes y también confesarlo ante mis conocidos y el chico. Fui directo. “#CosasQueANadieLeImporta Nunca he tenido sexo y me gustaría experimentar antes de mi primera vez. ¿Qué me recomiendan?” Los minutos pasaron y empezaron a llegar las respuestas: “Usa tus dedos. Dildos vibradores. Mini vibradores”. Pero ninguno me llamaba la atención. Aburrido de las mismas respuestas, dejé el celular boca abajo y sonó una notificación. El chico que conocía me respondió: “Yo usé una Cadena Anal para comenzar. Se sentía muy bien y sé que te podría gustar. Te dejo el enlace de la página donde lo compré”. Al igual que yo, también fue directo. “Gracias por la recomendación. Me interesó mucho”. “Espero con ansias verte el fin de semana”, fue su respuesta final. Me tumbé en la cama y abrí la página. El producto se llamaba Cadena Anal B Yours, un estimulador de PVC libre de ftalatos y olores. Con diez perlas de tamaño ascendente que podrían satisfacer mi única oportunidad de experimentar algo antes de mi primera vez. Estaba barato y lo deseaba. Realicé la compra y llegó un día antes del sábado junto con un lubricante de regalo. Qué maravilloso es recibir estas motivaciones. Abrí el paquete y el producto me provocó un exquisito escalofrío al tocarlo por primera vez. Me preparé y me abrí de piernas, bien lubricado y excitado con unos videos para empezar a experimentar conmigo mismo. Introduje la primera perla y sentí un agradable cosquilleo. Avancé hasta la segunda y retiré la cadena. La volví a introducir hasta la tercera perla y ya empecé a sentirme más excitado. Era una sensación exquisita y extraña, me sentía como si hubiera alcanzado una nueva actualización, como si hubiera desbloqueado otro nivel de mi vida. Un nivel que creía que nunca podría alcanzar debido al dolor del que tanto me habían hablado, pero la cadena me ayudó a evitar ese dolor. Fue una sesión de autoconocimiento más placentera y prolongada de lo que pensaba, no imaginé que duraría tanto ni que podría llegar hasta la novena perla. Estaba tan excitado y a punto de alcanzar el clímax, pero no quería acabar.
Mi cuerpo ya no podía más y el sudor me empapó por completo. Qué sensación tan placentera y diferente a lo que comúnmente ofrece el dildo. No lo dejo de lado, siempre será una buena opción que me acompañará, pero el sexo es un espectro y hay opciones para todos los gustos.
Ya me sentía listo para el fin de semana, quería que mis padres se fueran lo antes posible para ver al chico y darle un beso enorme. Gracias a él pude descubrir un nuevo placer, gracias a él logré enfrentar ese temor que me persiguió durante mucho tiempo. Gracias a él conocí el juguete que me sigue acompañando después de todo este tiempo y que también compré en otros colores. Ahora jugamos ambos con los juguetes y disfrutamos más del sexo. Eso nos llena de energía. Nos llena de placer.
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