Soy petplayer hace ya 3 años. Me gusta mucho el personificar a mi perro en el ambiente social, que era donde más lo “sacaba a pasear”. Discos, algunos eventos y fiestas particulares en casas de amigos o conocidos. Mi perro se ha tenido una buena receptividad en el ambiente nocturno, y me preguntan siempre con interés ¿qué se siente ser un cachorro?
Bueno, también este perro ha explorado tanto sesiones de BDSM, donde los juegos de impacto tales como Spanking, fustas o floggers han sido los favoritos de este perro. ¡Disculpen! Aun no me he presentado… me llamo Vortex, y como puppyplayer, me siento identificado con la raza Kangal Turco, soy un perro negro de ojos blancos, muy fornido y medio bruto, pero con muchas ganas de complacer. Si bien siempre salí en solitario a eventos y fiestas, buscando algo rico o caliente que hacer, no fue sino hasta hace un par de años en donde en un evento grande y conocido en Santiago, me dejé llevar en una sesión mixta de golpe, sumisión y sexo, siguiendo cada uno de los placeres de un dominante que conocí esa noche.
Esto fue un sábado, la noche de un evento Erótico y BDSM. Vortex estaba preparado con su arnés, un bulldog que tiene unos suspensores que llegan hasta el cockring de mi pene. Me gusta mucho eso, pues los humanos que interactúan con mi arnés siempre terminan jalando los testículos, y es algo placentero para este perro. Una polera de malla para que se vea mi piel y los piercings de mis pezones. Hay humanos que les gusta lamer los tatuajes, a este perro le gusta que le pasen la lengua. Un jockstrap de cuero con unas puntas plateadas en el bulto del pene, y el culo al descubierto, bien peludo, pues me gusta mover la cola cuando estoy pasándola bien. Mis bototos de arisoft y unas rodilleras, pues arrodillado lo paso mucho mejor. Finalmente mi máscara de Perro, Negra con líneas blancas en la sien y el hocico, con unos colmillos de cuero en el hocico y las orejas con unos piercings de acero. Mi cadena brilla en mi cuello, sin candado pues soy una bestia libre.
Ese día me reuní con unas amistades del ambiente BDSM, y me presentaron a un DOM muy amigo de ellos, familiarizado mucho con el petplay. Este hombre medía 1.80 metros, era muy robusto, muy peludo y barbón. Llevaba solamente puesto un arnés de tipo H, y un short de látex deportivo. Muy oso, lo que a Vortex le fascina. Conversamos un whiskey y consensuamos una sesión de spanking en una de varias salas del evento. Cuando Vortex está sesionando no mira sexualmente a la contraparte por lo general, pero este DOM me calentó mucho, transmitía una energía sexual que cuando me dejaba oler sus axilas, me hacían babear mojando mi pene casi al instante. Me llevó a la cruz de san Andrés, me dejó de frente y se percató al instante que este perro estaba mojado en su bulto, pues unas gotitas caían a través de las púas del paquete. Me dio con la fusta en los testículos y jugó con presión en mis pezones. Cuando me tenía cansado me tapaba la cara con su axila para que respirara profundo. Posterior a eso, me amarró en el cabastrillo, mi cabeza abajo y mi culo bien levantado. Me hizo spanking con su mano enorme y dura, sus dedos eran muy gruesos. Mis glúteos brillaban de rojo mientras me daba nalgada tras nalgada. Sacó mis testículos por atrás y con los nudillos me los golpeaba gentilmente, pero bien aplastados. Vortex estaba muy complacido por la sesión, pero estaba muchísimo más caliente, y pensaba que amaría poder ser usado sexualmente por él. Finalmente, terminando la sesión, me llevó a otra sala para los cuidados post sesión o aftercare.
En un sofá rojo, me llevó agua, y me hizo recostarme atravesado entre sus piernas mientas me acariciaba los glúteos calientes por las nalgueadas. Mi pene estaba turgente, mojado, si me lo tocaba un par de segundos iba a acabar de inmediato, le rozaba con mi glande su pierna izquierda. No quería y me intentaba controlar, cuando el DOM me preguntó si me podía dar un beso en la boca, siempre que quisiera sacarme mi máscara. Me ganó lo caliente y jalé la máscara mostrándole cómo estaba babeando en ese momento. Me tomó de mi cadena del cuello y me lamió toda mi saliva para después dejarla caer en mi boca abierta. Le pedí más saliva, por favor, y estuvo chorreando directo hacia mi garganta. La saliva llegaba helada dado los jadeos de Vortex. Me preguntó si podría meterme su pene profundamente en mi garganta, me mojé mucho más y accedí caliente y en éxtasis sin poder ya hablar.
Me llevó al área de cruising, una luz tenue azul cubría el ambiente. Vortex simplemente sentía la mano dura y caliente del DOM, y cómo me apretaba mi cockring los testículos y mi pene de tan erecto que estaba. En una habitación había un trío de 2 hombres con una mujer sobre un sillón, una pareja en el suelo teniendo sexo anal, y una mesa, en la cual el DOM me pidió que me quite la polera de malla y me recostara de espaldas, dejando mi cabeza colgando en el borde hacia atrás. Se baja su short de látex y me muestra su pene, grueso, mojado, circuncidado, un glande brillante que goteaba. Sus bolas eran consistentes en tamaño con su pene. Me pidió abrir la boca al máximo, y comenzó a meter su pene hasta que mi garganta se obstruyó completamente. Me agarró con su mano mi cuello y lo apretó lo suficiente para controlarlo como un masturbador. Comenzó lentamente a penetrar mi garganta. Mi lengua poco a poco se fue acercando a su vello púbico y su panza peluda. Con cada embestida sentía su mano apretando mi cuello, chorros de saliva saliendo de mi boca en éxtasis y como me pulsaba más y mas mi pene. El DOM se complació con mi garganta por un rato hasta que, mientras seguía embistiendo, con la otra mano comenzó a pasar su dedo por mi glande que estaba completamente lubricado. Esas tres sensaciones de extremo placer me hacían sólo escuchar los gemidos de oso del DOM, quien ya me golpeaba con sus bolas en mis ojos u mi lengua lamía su panza. Me pregunta si puede acabar dentro de mi boca y le afirmo levantando el pulgar de mi mano izquierda. Me penetra más rápido mientras me ayuda igual con la punta de sus dedos a estimular mi eyaculación. Se detiene en seco 1 segundo que para Vortex fueron como 5. Siento como su pene comienza a palpitar y con 4 grandes chorros me llena la boca donde parte de su semen sale por mi nariz. En esa sensación de placer, sabor, dolor y ahogo eyaculo 7 chorros grandes de semen que empapan mi panza y mi pecho mientras voy tragando todo el contenido de mi boca. El DOM sale lentamente y me acaricia el cuello y la quijada mientras sigo tiritando y botando unas gotas más de semen. Él comienza con su mano a recolectar mi semen de mi torso, y lo va dejando caer en mi boca. Yo acepto en silencio mirándolo a los ojos y tragando todo lo que me entrega. Todo se cierra con un beso donde su lengua escudriña mis dientes, mi lengua, mi paladar. Me ayuda a sentarme en la mesa, me vuelve a colocar mi polera y me acaricia la cabeza diciendo “eres un buen chico”.
Este perro mueve la cola frenéticamente. Ha sido una de mis mejores gargantas profundas por lo cual aun el Vortex recuerda y se pone duro. Pero hay que ser un buen chico y no tocarse siempre, sólo esperar un poco, ¿puede que vuelva el DOM? Woof woof.
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