Había sido una semana muy agotadora este verano. Aunque haga calor, igual disfruto de ir a un sauna por 3 cosas: Los vapores calientes que me relajan el cuerpo, la desconexión con el mundo exterior tan plano muchas veces, y poder disfrutar de los roces, los sabores, los olores y arrebatos de calentura de los hombres que buscan pasar un buen rato… los que me conocen saben que soy un buen chico…
Me llamo Vórtex, petplayer, un animal calentón. Qué mejor panorama para sacar el tedio de esa semana que ir a relajarme al sauna y complacer a personas que buscan pasar un buen rato, y muchas veces no se atreven. Como perro que soy, estoy muy atento a las miradas de los hombres, pero no busco cuerpos que me calienten. Lo que me calienta más es darle placer y hacer experimentar cosas a esos hombres que no experimentan. Sacarlos de su pequeña rutina sexual de unas pajitas y llevarlos a gozar, si es en grupo tanto mejor.
Ese día, el sauna estaba particularmente concurrido. Y Vórtex no se había tocado el pene en 2 semanas (uso candado de castidad). Llegué con el candado puesto al sauna, dejé las ropas en mi privado y me dirigí a la sala de vapor más fuerte. Parto siempre por ahí, pues es muy divertido el que no se vean las caras bien, que todos husmean entre unas tinieblas calientes, y además soy amante del sudor ajeno, todos esos cuerpos sudorosos son algo que me mantiene babeando toda la jornada, y obvio, mi pene turgente y goteando dentro de su jaula.
No tuve que esperar mucho esta vez pues me flanquearon dos tipos, uno delgado y uno gordito peludo, ambos de mediana edad. Me gusta que se acerquen a preguntarme por qué me siento en cuatro patas, y esa cosa que tienes en el pico duele?, o por qué uso esa cadena en el cuello, o por qué estoy jadeando (me calienta ser un perro poh, mi fetiche). Como ando siempre desnudo, el oso se pone a jugar con mis nalgas. Le digo que soy un perro limpio para que pueda meter sus dedos en mi ano. Él lo hace sin chistar, y me coloca para chupar mi ano. Buena lengua, su barba me rasca rico las nalgas. Al flaco le abro la boca para mamar su pene. Éste último tenía un poco de vergüenza, así que le digo “dámela por favor, no me dejes con el hocico abierto, ¡Wruf wruf!”. Entra una verga un poquito fláccida, u al empezar a masajearla con la lengua me sorprende lo rápido que se endurece, y lo grande que se pone llegando hasta mi garganta. Le tomo las manos al flaco y le dirijo a que me sujete fuerte la cabeza para que me penetre profundo la garganta. El osito detrás comienza a pasar su pene entre mis nalgas, a lo que las abro con mis garritas para que pueda meterse a justo. Es un placer enorme sentir esta doble penetración, por la boca, su garganta profunda que me hace babear en cantidades enormes, amo babear. Por el culo, el osito tiene una verga cabezona, que juega sólo por el ano dándome un masaje rico en el ano. Los dejo divertirse hasta que el flaquito se va llenándome la boca de leche, wruff wruff, que rico. Mi pene dentro de la jaula esta duro como roca, me duele, pero me calienta más. Mientras el oso está por acabar, me jala la jaula, lo que me tira las bolas y me hace aullar de placer. El gordito se va, pero me mi espalda, acción que corrijo apenas termina y le pido que me limpie la espalda con la mano, y me meta el semen en la boca por favor, y muevo mi cola mientras recibo su leche, oh que rico está. Se van de prisa. Igual me enternece cuando algunos hombres, después de acabar, ¡huyen! Hehehehe, Wruff wruff wruff, jejeje, perro malo.
Llevo recién una hora aquí. Después de ducharme y lavarme bien, voy a recorrer los pasillos y a turistear las otras salas de sauna húmedo o seco. Hay que aprovechar los calores, relajar los músculos. Agua fría, vapor caliente. Mi pene gotea y gotea. Wruuf.
En el sauna, seco me encuentro a un hombre de bigote, que se amasaba discretamente su pene –bonito bulto, deliciosas bolas- y me quedó mirando fijo cuando me senté frente a él. Con unos movimientos hizo tiritar su pene para llamarme hacia él. Vórtex de un salto, se puso en cuatro con el culo bien levantado y comencé a lamer ese pene. Sus bolas apenas entraban en mi hocico, así que las disfruté una a una. Pedro se llamaba, y me acariciaba la cabeza de una forma tierna y muy fuerte. Me sentía extasiado cuando metía su pene en mi boca, embestidas lentas y largas. Su glande duro, brillante tanto precum y muy suave. Pedro me pide que le muerda el pene. Lo hago feliz, adoro morder y marcar mis dientes, mis muelas, consensuadamente claro. Mientras sigo jugando con este hueso que encontré, me percato de un hombre mayor que estaba cerca de nosotros mirando como jugábamos. Y se tapó su pene cuando me vio que lo miraba. Lo llamé con una de mis garras para que se sumara, pero se paró y se fue. Bueno, wruff wruff, no puedo obligar jamás a nadie a hacer algo que no quiera, soy un buen chico. Como buen chico, comienzo nuevamente con mi garganta profunda hasta hacer torcer los dedos de los pies de Pedro quien gemía largo de placer, mamándole su verga rápidamente, constante, con cuidado y fuerza, sujetando sus brazos para que no se me escape. Cuando acabó, dejé que el semen saliera y escurriera por su pene y lo lamía mientras caía por sus bolas (¡quería puro morderlas! wruff wruff). Se para y me rasca la panza. Me da una palmada en el culo y se va; No me había percatado que estaba lleno el espacio.
Me di vuelta, me senté a descansar un rato, y veo que el abuelo vuelve a entrar. Me mira, y le extiendo mi garra para que se siente conmigo. Hablamos, cosas de la vida humana, stress, soledad, y mientras lo hacíamos, saqué la llave de mi jaula de mi collar del cuello. Saco la capucha que tapa mi pene, y sale disparado por la presión mi pene, todo mojado, goteaba mucho, y comienzo a masturbarlo. El caballero quedó mudo, y no quitaba la vista de mi pico. Tragaba mucha saliva, así que Vórtex le preguntó si quería que se lo metiera en su boquita… Adoro cuando un hombre tirita de placer, respira profundo y su garganta amplifica los temblores de excitación que tiene en su cuerpo. Complacer al otro, es lo que calienta a este perro, y este hombre necesitaba que le dieran por la boca, muchísimo; Le pedí que se tendiera en la banca y pusiera su cabeza de lado con la boca bien abierta, que si sentía dolor o falta de aire, me palmoteara 3 veces en el culo. Así comencé a entrenar su garganta para que reciba todo mi pico, poco a poco, cada vez más profundo, acariciando su pelo, su mentón, su espalda toda sudada, con mucho cariño, y mi pene muy caliente dentro de su garganta.
A medio camino, me di cuenta que su pene estaba duro, asi que me mojé la mano y comencé a masturbar sólo su glande, y él me pidió que no, pues iba a eyacular de inmediato… Le tranquilicé haciendo unos “shhhhh” calentones y silenciosos, y empecé a penetrar más rápido su boca, mientras jugaba con su glande, muy delicadamente. Efectivamente eyaculó en un par de minutos, pero seguí jugando con su glande más tiempo. El viejito me tenía agarrado el culo y me enterraba sus uñas, gemía de placer, y me mordía mi pene, me masticaba el glande, me dejaba que le metiera el pene bien adentro hasta que botaba borbotones de baba, Wruuff wruuff!, necesitaba llenarle la boca de mi semen. Él acabó por segunda vez, abriendo tanto los ojos, creo que sorprendido y también extasiado. Así que me puse a embestir finalmente, pero saqué mi pene y le puse las bolas en la boca para que las lamiera, estaban todas cubiertas de su saliva. Lamía y chupaba, y me agarraba el pene con su mano desesperado masturbándome. Comencé a acabar con mis gruñidos gwrrrf! GWRRRF! Y uno, dos, tres, cuatro, cinco chorros calientes y grandes le cubrieron el pecho y su panza. Mientras seguía goteando semen, me agaché a lamer toda mi leche, para dejarlo limpio. Él jadeaba mucho, y le salían unas risitas entre cada bocanada de aire que tomaba. Le terminé limpiando su pene con mi hocico y mi lengua. Me siento a su lado y le pregunto cómo está… Se quedó en silencio. Así que le pregunté si podía abrazarlo. Era muy bajito, y delgado. Lo tomé en brazos, me lo senté en mi muslo con su cara hacia la mía, sus piernas colgando hacia atrás, como si fuera un niño. Y lo abracé fuerte, pero con cuidado. Y el caballero hizo lo mismo, diciéndome a las orejas que se sentía bien, que muchas gracias. Wruff.
Guatita llena, corazón contento dicen. Vórtex se estaba duchando, con la idea de ir ya partiendo del lugar. Y pasó por las duchas un tipo. Me miró mientras me duchaba y me mostró su pene. Vórtex movió su cabeza de lado a lado y subí las garras dando las gracias. El tipo me preguntó si quería otra cosa. Me acerqué sólo para catar sus axilas. Me dejó olerlas, y acto seguido nos perdimos en los vapores, vamos por una tercera patita, ¿no?, total, yo tengo 4 he he he…
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